Realizar
una educación tónica, de la postura y del equilibrio desde edades tempranas.
Estimular
la capacidad sensoriomotora relativa al
propio cuerpo y al exterior.
Fomentar
la interacción entre padres y madres, escuelas, e hijos/as mediante la
actividad psicomotriz.
Asimilar
y expresar un adecuado diálogo tónico- emocional.
Descripción
de la actividad y desarrollo:
Les
explicaremos a los padres que vamos a
realizar una actividad llamada “Vámonos
a la piscina” indicando el día y la hora;
que necesitamos su colaboración y el dinero
necesario para reservar la pista de la piscina cubierta,
el autobús y por supuesto un bañador, gorro de
baño, toalla y chanclas. Esta información se dará mediante los medios de comunicación
diaria
que tenga la escuela con las familias.
Una
vez hayan llegado los familiares a la escuela, cogeremos el autobús y nos
iremos a la piscina cubierta.
Antes
de entrar a la piscina se recordará que vamos a estar en una piscina con más
gente y que tenemos que respetar a los demás
y
por supuesto el material que nos presten también ha de ser respetado y cuidado;
como
norma más importante que cualquier norma que dé o el/la educador/a o familiar
tiene que ser obedecida.
Los
chicos irán a su vestuario y las chicas al otro y se juntarán en la piscina.
Una
vez ahí el monitor que ha preparado la sesión nos dirigirá toda la estancia en
la piscina.
Cuando
se haya terminado la sesión saldremos de la piscina cada uno al vestuario
correspondiente y saldremos hacia el autobús de vuelta a la escuela.
Para
empeza nuestra sesión, nos dirigiremos al aula de psicomotricidad.
Primero
dibujaremos en el suelo un cuadrado simulando una piscina con ladrillos de
plástico, y nos colocaremos alrrededor del mismo para hablar un poco sobre qué
podría ser ese cuadrado, como no lo aciertan les damos como pista una poesía:
Cuando
llega el verano
y
aprieta el calor
puedes
acudir a ella
para
darte un remojón.
Cuando
acierten que se trata de una piscina, les diremos que si nos quieren ayudar a
llenarla, para ello le repartimos un trazo de papel de seda de color azul a
cada uno para que lo partan y los tiren dentro de la piscina.
Una vez que hayamos llenado la piscina,
simulamos que nos echamos crema por todo el cuerpo para no quemarnos (en las
piernas, la barriga, los brazos y la
cara).
Ahora
ya estamos listos para entrar a la piscina pero para que no nos dé un calambre
vamos a estirar las partes del cuerpo (las piernas, rodillas, brazos...).
Aunque aun no hemos visto la piscina, asique
daremos una vuelta alrededor de la piscina haciendo equilibrio con un pie
detrás de otro.
Antes
de entrar a la piscina nos quitamos los zapatos y probamos el agua para ver si
esta fría, primero con un pie, después con el otro y por ultimo nos mojamos el
cuello y la barriga. Una vez mojados nos vamos tirando a la piscina y el resto
va contando a la vez que los compañeros se tiran.
Solo queda por mojarnos la cabeza asique
nos damos una ahogadilla, cogemos aire por la boca, hinchamos los mofletes, nos
tapamos la nariz y nos metemos debajo del agua. Repitiendo este proceso varias
veces.
Ya estamos mojados del todo pero antes
tenemos que aprender a nadar. Preguntamos quién sabe nadar y quién no. Para que
a los que no saben nadar no les sea tan difícil primero lo vamos a intentar con
un churro. Cogemos el churro con las dos manos y lo sostenemos delante nuestra
y empezamos a patalear, luego empezamos a nadar pero todavía con la ayuda del
churro, primero movemos un brazo y después el otro y así sucesivamente.
Ya
sabemos nadar, asique ahora lo vamos a intentar pero sin ayuda. Vamos moviendo
los brazos al ritmo del silbato, cuando suene una vez movemos un brazo y cuando
vuelva a sonar movemos el otro, como habíamos hecho anteriormente con el
churro.
Ahora toca bucear. Sale un grupo de dos o
tres niños y el resto lo tapa con el papel de forma que queden sumergidos
“debajo de agua”. Repetimos este proceso varias veces para que los que se han
quedado fuera también puedan bucear.
Después de bucear vamos a jugar un rato
con pelotas, primero en pareja y después individualmente. Repartimos una pelota
por pareja y nos la vamos pasando, con las dos manos, después con una, con la
otra y alternándolas. Cuando terminemos, uno de la pareja se queda con la
pelota y le damos otra a quien le falte. Nos ponemos la pelota entre las
piernas moviéndonos por todo el espacio de la piscina e intentamos que no se
nos caiga.
La
siguiente actividad consiste en ir poniendo la pelota en la parte del cuerpo
que nos indique la profesora cuando toque el silbato, encima de la cabeza,
debajo de la barbilla, detrás de la espalda...
Pero
de tanto jugar se nos ha secado la cabeza asique antes de salirnos nos vamos a
salpicar.
De repente nos entra mucho frio y nos
salimos de la piscina para tumbarnos en las toallas al solito. Como tenemos
mucho frio tensamos y relajamos el cuerpo para entrar en calor, primero el
cuerpo entero, y después cada parte de una en una hasta llegar a los dedos de
las manos y los pies.
Seguidamente,
empezamos a respirar, cogemos aire por la nariz e hinchamos la barriga como si
fuera una pelota y lo soltamos por la boca. Ya antes de ir a clase solo nos
queda secarnos, cogemos un pañuelo cada uno y nos los vamos pasando muy
lentamente por todo el cuerpo, empezamos por los dedos de los pies y vamos
subiendo, las piernas, la barriguita, los brazos y los dedos de las manos,
seguimos por el cuello y acabamos secándonos la cara y el pelo. Estamos listos
para irnos a clase y vamos a ponernos los zapatos, pero antes de marcharnos nos
sentamos en circulo y comentamos lo que hemos hecho en nuestra mañana de
piscina, lo que más nos ha gustado y qué hemos aprendido.
Cuando terminamos de hablar vamos a la clase y
proponemos hacer un dibujo sobre nuestra experiencia.
Tiempo:
50 minutos aprox.
Carácter:
Varía en función del momento, individual, pareja o grupal.
Espacio
a usar; Aula psicomotriz o patio del recreo.
Material: Papel de seda rosa, amarillo y azul, picas,
pelotas, pañuelos, esterillas, ladrillos, silbato y churros.
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